viernes, 8 de noviembre de 2013

Adios ERASMUS

  Después de dos meses en Portugal, con el curso bien empezado, de forma inesperada y sibilina Wert intentó asestar un duro tajo a los erasmus españoles. Por fortuna en el último momento le tembló el pulso y se frenaron sus dañinas intenciones. Aunque enfadado por semejante ocurrencia, por mi parte se acabaron (creo) las protestas por las becas erasmus.
  No me importaría que la aportación económica del ministerio al programa erasmus fuesen 0€, puesto que en la mayoría de los casos, para la mayoría de las carreras no es una actividad necesaria, ni siquiera importante. Seguramente ese dinero podría destinarse a otros fines mucho más necesarios como conceder más becas de carácter general permitiendo así que más gente acceda a la educación superior o simplemente a nada con el fin de ahorrarnos dinero a los españoles (por supuesto estoy en contra de cualquier gasto superfluo no solo de este y también pienso que hay muchos sitios donde recortar empezando por el sueldo de los políticos, pero ese es otro tema).
  Entonces ¿De qué me quejo? y ¿Por qué no soy un hipócrita? Pues bien, el hecho de que se otorguen becas erasmus no depende de mi e independientemente de lo que yo crea se me reconoce el derecho de optar a ellas, así pues yo la solicito porque efectivamente es una experiencia única y me sale más barato que quedarme en casa (en mi caso al menos es así) pero a pesar de ello reconozco que no es necesario. El motivo por el que monté en cólera contra la infructuosa propuesta de Wert es que pretendía NO darnos una aportación económica con la que todos los erasmus contábamos para sufragar los gastos en nuestra estancia en el extranjero. Si lo hubiera dicho antes, simplemente no me hubiera venido.

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