El bombardeo de rayos solares contra mis párpados junto con la atronadora melodía de mi reloj “desperrador” CASIO volvieron a joderme como todas las mañanas, despertándome ¿por qué algo que empieza tan bien tiene que acabar de una forma tan horrible? No creo que tenga que preocuparme más por esto pues no sé si seré capaz de volver a conciliar el sueño después de lo que ha ocurrido hoy.
El día comenzó como cualquier otro, cerré los ojos con fuerza, agarré el despertador y lo tiré contra la pared, pero a diferencia de otros días no escuché la voz de mi madre gritándome por tirar aquel cacharro infernal, no le di importancia. Cuando bajé a desayunar me di cuenta de que no había nadie en casa. Me preparé un tazón de cereales y puse las noticias, al principio las imágenes que salían en pantalla me parecieron las típicas de una revuelta, hasta que enfocaron una terrible escena en la que un hombre estaba siendo perseguido por otro que al alcanzarlo le hincó sus dientes en el cuello desgarrándole la carne.
En ese momento la señal se cortó, me quedé muy impactado, aquello no eran escenas de una película de George Romero, acababan de desgarrarle el cuello a una persona. Después de ver aquella atrocidad me quedé paralizado, lo primero que se me ocurrió fue llamar a mis padres pero no hubo respuesta, también intenté llamar a algunos amigos pero tuve el mismo éxito y desesperado tiré con rabia el teléfono móvil al suelo. Pasados cinco minutos, cuando conseguí calmarme un poco, descorrí con cuidado la cortina del balcón de la sala de estar y pude observar que para mi desgracia la misma situación que vi en las noticias estaba sucediendo al lado de mi casa. Rápidamente volví a correr la cortina, en ese instante volvió la señal de televisión y apareció en pantalla el presentador de los informativos exponiendo los sucesos acontecidos en las últimas horas.
- La situación que se está viviendo hoy en las calles es... terrible. Algunas personas se han vuelto completamente locas y han comenzado a atacar y devorar a otra gente. No... no tenemos cons... ¿si? ¡¿cómo?! Me comunican que algunos de estos dementes acaban de entrar en los estudios.- La cara del presentador se quedó completamente pálida y cuando terminó esa última frase la señal volvió a cortarse. Comencé a cambiar de cadenas y después de muchas pantallas azules y platós vacíos encontré un canal que aún seguía retransmitiendo.
-No importa que sean familiares o conocidos, no intenten hablar con ellos porque les atacarán de todas formas. No salgan de sus casas, si están en un local abierto al público refuercen puertas y ventanas y eviten hacer ruido. Según información que nos sigue llegando parece ser que este horrible fenómeno está ocurriendo en otras partes de Europa y no solo en España como en principio se creía; también hemos recibido información por parte del ejército sobre las personas que han enloquecido, al parecer debe ser algún tipo de infección que afecta al sistema nervioso y nos dicen que si tuviéramos que derribar a un infectado... la única forma es dañando su sistema nervioso central- En ese momento y durante unos instantes el presentador perdió los papeles.-¡¿Pero qué mierda es esto?! ¡¿destrozándoles la cabeza?! Como en la puta noche de los muertos vivientes ¡joder! Está bien me comunican que vamos a cortar la emisión, más adelante, si podemos, les seguiremos informando.-
Cuando cortaron la señal volví a la realidad de mi casa, estaba allí solo y no sabía que hacer. Fui a la entrada y a la cochera para asegurarme de que las puertas estaban bien cerradas, arrastre hasta la puerta una cómoda bastante pesada que estaba en el pasillo para reforzar la entrada principal, también cogí de la cochera unas cuantas tablas de madera para reforzar algunas ventanas que no tenían barrotes. Después de asegurar la casa subí al cuarto donde mi padre tiene el armero para bajar su escopeta, su rifle y munición para ambos a la sala de estar; luego fui a mi cuarto para buscar el boken que me regalaron mis tíos cuando me apunté a aikido, nunca lo llegué a usar. Mientras lo buscaba escuche el grito de alguien en la calle, me sorprendí un poco porque hacía ya rato que no se escuchaba nada fuera; se trataba de Andrés, un compañero de clase, iba corriendo y no sabía de que estaba huyendo hasta que vi más de veinte infectados corriendo detrás de él. Yo no podía hacer nada, no se si llegaron a darle alcance... les llevaba bastante ventaja, quizá encontró antes un lugar donde refugiarse.
Al cabo de cinco minutos buscando encontré el boken debajo de un montón de ropa, ya con él volví a bajar al salón y lo dejé en el sofá con las otras dos armas. El televisor seguía sin recibir señal. Fui a la cocina a ver cuanta comida había en la nevera y en la despensa, no quedaba mucha pero si la raciono bien creo que podré aguantar dos semanas. De pronto comenzó a sonar mi móvil, fui corriendo hacia el salón y lo recogí del suelo, todavía funcionaba, era Enrique un amigo de los que intenté llamar antes de tirar el móvil.
-No puedo hablar muy alto así que escuchame bien. Antes no te cogí el teléfono porque estaba conduciendo mientras me perseguía una banda de zombies desquiciados, ahora estoy con Helena, por ahora estamos bien; nos hemos refugiado en el supermercado que está al lado del teatro ¿tú donde estás?- No he salido de mi casa, por que no cogéis algunas provisiones y os venís, no creo que ese sitio sea muy seguro y por aquí no parece haber muchas personas infectadas, es más, supongo que habrá otros atrincherados en sus casas como yo.-Tienes razón este sitio no es muy seguro, hay zombies por todos lados pero no podemos irnos porque esos cabrones consiguieron que empotrara el coche contra una pared, por suerte pude salir corriendo y refugiarme en este lugar donde me encontré con Helena. Por ahora no se han dado cuenta de que estamos aquí pero es cuestión de... ¡mierda! tengo que colgar.
Al final tendría que salir de mi refugio,intentaba evitarlo pero no podía dejar que los devoraran vivos, aunque tenía que asegurarme de que aquello no fuera un suicidio. Antes de salir pensé una ruta potencialmente segura, eché algo de comida en el coche por si no podía regresar a casa, cargué las armas, metí en el asiento de atrás el rifle, el boken y munición, miré por la ventana para asegurarme de que no había ningúna persona infectada fuera y escopeta en mano me dispuse a abrir la puerta de la cochera; lo hice lo más rápido posible y salí fuera con la escopeta encarada dispuesto a llenarle la cabeza de plomo a cualquier zombie que se me pusiera por delante, por suerte antes de que empezaran a llegar me dio tiempo de sacar el coche y cerrar la puerta de la cochera. Seguí la ruta que me había marcado antes de salir y como supuse no aparecían muchos infectados por el camino y los pocos que me encontraba o bien los esquivaba o bien los arrollaba. Mientras iba conduciendo podía ver y oír el caos que se estaba viviendo en la ciudad, los tiroteos, gritos desgarradores de gente que estaba siendo atacada y desollada viva, los sonidos de ultratumba que producían los infectados, cadáveres ensangrentados tirados por las calles, miembros mutilados... no soy capaz de quitarme esas imágenes de la cabeza. Cuando llegue al supermercado podían haber más de una decena de infectados deambulando cerca de la puerta, cuando me vieron llegar con el coche comenzaron a acercarse, algunos eran capaces de correr y se adelantaron al resto, como eran pocos a esos los arrollé. Después me bajé del coche asegurándome de que no hubiera ningún infectado cerca aparte de los que tenía delante y comencé a pegarles tiros, de pronto sentí que algo me agarraba la pierna, un infectados de los que atropellé con el coche estaba intentando morderme, le pegué una patada y le aplasté la cabeza. Seguí disparándoles pero empezaron a llegar más, de repente Helena salió corriendo del comercio gritando que nos fuéramos, le pregunté donde estaba Enrique y ella contestó que se había convertido en una de esas cosas. Nos montamos en el coche y salimos de allí todo lo rápido que pudimos, seguimos el mismo camino que utilice al venir y tampoco nos encontramos con demasiados infectados. Helena tenía muy mal aspecto, estaba temblando de miedo, llevaba la blusa manchada de sangre, tenía heridas en los brazos y una contusión en la cabeza; mientras íbamos en el coche intenté tranquilizarla diciéndole que todo saldría bien y que pronto estaríamos a salvo, no me lo creía ni yo.
Cuando por fin llegamos a casa la ayude a bajarse del coche y la llevé hasta el sofá de la sala de estar, le bajé unas mantas por si tenía frío y le preparé una crema caliente; aquello parece que le sentó bien, cuando se la acabó me dejó examinarle las heridas de los brazos y no pude soportar la terrible sorpresa que me supuso ver en su hombro la marca ensangrentada de un mordisco humano.
-Me duele la cabeza.- comenzó a quejarse. -Tengo... mucho frío.- De pronto Helena se quedo completamente quieta, echó bruscamente la cabeza hacia atrás y los ojos se le quedaron en blanco; yo me levanté del sofá y di unos pasos hacia atrás, Helena se puso de pie, me miró fijamente y se abalanzó sobre mí, intentaba morderme pero de una patada me la quité de encima, fui corriendo a por el boken que dejé en el coche y antes de que se tirara de nuevo contra mí le asesté un golpe letal en la cabeza como dijeron en las noticias que había que hacer. Envolví el cuerpo inerte con las mantas que había bajado y lo saqué de la casa, también tiré fuera el plato y la cuchara que utilizó Helena.
Tres horas después de todo esto me encuentro sentado en el sofá, solo, sin poder dormir y sin acabar de hacerme a la idea de que fuera hay gente que quiere comerme, de que dos amigos han muerto y de que probablemente el resto de mis seres querido no han corrido mejor suerte.
-¡Abre, por favor!- ¿Andrés?